El rey magnetizado

Carlos Torre Repetto, en 1925

Carlos Torre Repetto (1904-1978) fue un Gran Maestro de ajedrez nacido en Mérida (México). Fue un jugador muy fuerte y llegó a plantarle cara a los tres grandes de la época Lasker, Capablanca y Alekhine. Muchos piensan que pudo incluso haber aspirado al Campeonato del Mundo.

Sin embargo, su carrera ajedrecística fue bastante corta, pues se retiró del ajedrez competitivo siendo todavía muy joven, cuando aún estaba en la cima de su carrera. De él se recuerda famosa la combinación del molino, de la partida Torre - Lasker, Moscú 1925.

Al terminar dicho torneo de Moscú de 1925 quiso regresar a los Estados Unidos, pero no pudo hacerlo por razones políticas. De modo que, estando en Rusia, aprovechó para escribir su único libro: El desarrollo de la habilidad en ajedrez, que se publicó por primera vez en ruso, gracias a un maestro amigo que le ayudó durante su estancia en Moscú.

De dicho libro extraemos la siguiente cita de Carlos Torre:

"El desarrollo de nuestra habilidad no consiste en que lleguemos a ser conocedores de las aperturas y diestros en los finales, porque no hay desarrollo sin armonía... Debemos empeñarnos principalmente en jugar todas las fases de la partida igualmente bien; esto es jugar al ajedrez."

En 1926 volvió a México para visitar su ciudad natal y desde allí pudo ir, finalmente, a los Estados Unidos. En 1927 participó en el torneo de Nueva Orleans, donde ganó a Dupré una partida muy curiosa en tan solo diez jugadas. Las negras dieron mate al rey contrario teniendo la propia dama clavada. Con sus piezas fueron dando jaques al rey blanco, quien, como si estuviera siendo atraído por un gran imán, fue avanzando poco a poco hacia el centro del tablero, donde finalmente se le propició el jaque mate. Como homenaje, Antonio Canto López escribió el siguiente poema, relatando la partida:

 


Poema: "El Rey magnetizado"
Autor: Antonio Canto López (1927)

Carlos Torre, muy noble caballero,
Que el nombre de su país puso muy alto,
en la difícil lucha del tablero,
mide sus armas con Dupré, que avanza
peón a cuarta del rey como es usanza.

Responde el mexicano a tal asalto
con peón a cuatro rey sin sobresalto.
Se prepara el combate y con pujanza
caballo rey a tres alfil se lanza.

El paje de la negra soberana,
que tiene fiero temple aventurero,
va a reina tres, altivo y altanero,
pues cubrirse de gloria es su esperanza.

¿Qué hacer? Dupré, sin desconfianza,
pone en acción a su peón, que se abalanza
a cuarta de la reina, bravo y fiero
y un peón sale a la lid: es un guerrero
que a cuarta alfil de rey va con confianza.

Dupre desdeña al que atrevido avanza
y a su alfil, que del rey es escudero,
coloca en cuarta alfil, pues, sin tardanza,
quiere sacar sus piezas al tablero.

La hora de la lucha se aproxima, empero
Torre la cree llegada y prisionero
toma su peón del rey al de la dama
y el peón blanco del rey, que busca fama,
aniquila al contrario con su acero.

Reina sale a dos rey: heroica dama,
que jaque al rey en voz potente exclama
sin temor a morir en la contienda.
¡Reina heroica! tu acción es de leyenda
por lo audaz, por lo osada y por lo brava.

El blanco soberano,
que es espejo también de caballeros,
preparando un ataque de antemano,
baja a dos reina a defender sus fuerzas.

Torre no se preocupa ni se espanta
y sacando un peón a tres caballo
ataca al peón del rey que se adelanta,
torre casilla rey juegan las blancas
a la negra soberana amenazando
pero el alfil torre tres: ¡jaque al monarca!
es la respuesta audaz que van llevando.

El rey marcha a tres dama presuroso,
al sentirse con saña perseguido
y el negro alfil tomando peón da jaque,
y lo obliga a luchar enfurecido.

Ataca el soberano al atrevido
Peón que le cierra el paso con su cuerpo,
lo hiere mortalmente y toma el campo
cuyo precio es la vida del vencido.

Las negras continúan el ataque
y a dos caballo alfil movilizado
de nuevo al soberano le dan jaque,
a rey en quinta de dama acorralado.

El término ya viene del combate:
el soberano sólo espera morir,
morir luchando, y a tercera de alfil,
peón avanzando
las negras dan por fin el jaque mate.

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