La apertura: cuatro claves para dominarla

Cuatro claves para jugar la apertura


La apertura es la primera fase de la partida de ajedrez. Está configurada por los primeros movimientos. Estas primeras jugadas son muy importantes porque de ellas depende la posición que se irá modelando sobre el tablero.

Un error en la apertura puede hacer que vayas a remolque durante el resto de la partida. Y si se trata de un error de bulto, podrías perder la partida antes de que te enteres.

Por otro lado, una apertura bien jugada puede garantizarte una ventaja suficiente para ganar la partida.

Los primeros movimientos son una especie de carrera para ver quién es el jugador que primero consigue dominar y ocupar con sus piezas las mejores posiciones en el tablero. Dichas posiciones suelen ser puntos estratégicos importantes que tendrán relevancia en la batalla que se producirá a continuación sobre el tablero. El jugador que controle dichos puntos estratégicos dominará el juego y estará en disposición de adquirir ventaja.

Jugar la apertura correctamente no es tan difícil si tienes en cuenta las siguientes cuatro claves o principios básicos:

DESARROLLO

Desarrollar las piezas es hacerlas evolucionar a partir de sus casillas iniciales hacia otras casillas en las cuales dichas piezas podrán desplegar toda su actividad y potencial.

El consejo que se suele dar a los jugadores principiantes es el siguiente:
Desarrolla tus piezas lo más rápidamente posible.
Es una de las mayores verdades del ajedrez y, al mismo tiempo, uno de los mejores consejos. Si atiendes a una rápida movilización de tus fuerzas y realizas jugadas en las que tengas en cuenta el tiempo empleado y la velocidad con la que tus piezas entran en juego es seguro que quedarás en buena posición y estarás en disposición ventajosa para iniciar un ataque sobre el territorio enemigo.

Por el contrario, si no consigues desarrollar tus piezas a tiempo y quedan atrapadas en sus casillas de origen es muy probable que tu rey sufra un ataque devastador. Veamos un ejemplo muy instructivo:



CENTRO

Las casillas centrales (d4-e4-d5-e5) son las más importantes del tablero. Una pieza colocada en el centro puede desarrollar mayor movilidad, tiene mayor radio de acción y estará en general mejor situada que en una esquina del tablero.

El concepto estratégico del centro tiene una gran importancia y viene a complementar el concepto que hemos visto antes del desarrollo. Como hemos visto anteriormente, la idea de completar un rápido desarrollo está muy bien y puede llevarnos a conseguir una ventaja. Sin embargo, las piezas no deben desarrollarse porque sí, a cualquier casilla. El desarrollo sólo tiene sentido si las piezas, al desarrollarse hacia las nuevas casillas,  adquieren mayor movilidad, mayor potencia y mayor radio de acción; en definitiva, si adquieren mayor actividad que antes.
Busca siempre la mayor actividad para tus piezas.
Lógicamente, podremos desarrollar un juego mejor y hacer mejores jugadas si nuestras piezas tienen mayor capacidad de acción, tanto para el ataque como para la defensa. Es por eso que uno de los principios fundamentales del ajedrez (y uno de los secretos que siguen los maestros) es buscar siempre la mayor actividad para nuestras piezas.

Si desarrollamos una pieza a una casilla indiferente, seguramente el movimiento será una pérdida de tiempo, pues dicha pieza, aunque aparentemente esté desarrollada, al encontrarse ahora en una casilla poco útil, no realizará una función específica para los propósitos de la posición y deberá volver a moverse a otra casilla desde donde pueda realizar funciones más útiles.
"Una jugada sin plan es una pérdida de tiempo" (Capablanca)
 Por esto mismo, las jugadas de desarrollo que relicemos durante la fase de apertura deberán ir dirigidas a tratar de controlar y ocupar, en la medida de lo posible, el centro del tablero. Si nuestras piezas pueden colocarse con seguridad en el centro del tablero, podrán desarrollar su máximo potencial y actividad.  
Trata de controlar y dominar el centro del tablero.
La mayoría de las aperturas clásicas tienden a controlar y dominar el centro del tablero, por eso las jugadas más comunes son 1.e4 y 1.d4, jugadas que ponen de manifiesto ya en el primer movimiento el deseo de las blancas de dominar y ocupar el centro con sus piezas.

Es cierto que existe una corriente de pensamiento, la llamada escuela hipermoderna, cuya filosofía consiste en ceder momentáneamente el centro al oponente para después atacarlo con todas las fuerzas posibles. Es una estrategia que puede ser útil en determinadas circunstancias, pero hay que tener mucha experiencia para emplearla con éxito.

Vamos a ver una partida clásica que ilustra perfectamente el concepto del centro:




ESPACIO

Se llama espacio al territorio ocupado por cada jugador. Ya hemos comentado anteriormente que es muy deseable tratar de dotar a nuestras piezas de la máxima movilidad posible, pues sabemos que el jugador que consiga una mayor movilidad para sus piezas quedará en situación de ventaja y tendrá un mejor juego.

Por la misma razón, el jugador que disponga de mayor espacio para mover sus piezas tendrá ventaja. Igual que es mejor vivir en una casa amplia con jardín que vivir en un apartamento pequeño en el que casi no podemos movernos, las piezas también necesitan su espacio para moverse.
Trata de conquistar la mayor cantidad de territorio para tus piezas.
Si tenemos en cuenta el gran principio que enunciamos antes de buscar siempre la máxima movilidad para nuestras piezas, surge el importante concepto de considerar el espacio y luchar por conquistar la mayor cantidad de terreno posible ya desde las primeras jugadas.

Esta es otra razón de las razones por las que se consideran a las aperturas hipermodernas algo arriesgadas y solamente deberían ser empleadas por aquéllos jugadores expertos que saben realmente lo que están haciendo.

Si realizas jugadas tímidas en la apertura y no te lanzas a ocupar territorio, es posible que tu adversario sí se decida a ocupar el centro y conquistar el máximo territorio posible. En tal caso seguramente termines en una situación estrecha con tus piezas en la que tratarás de sobrevivir buscando espacio vital para poder mover tus limitadas piezas.

En la siguiente partida puedes ver cómo las blancas van avanzando y conquistando cada vez más territorio, hasta que consiguen finalmente ahogar completamente a las negras:




SEGURIDAD DEL REY

Por supuesto, si te dan jaque mate, todos los consejos anteriores no habrán servido para nada. El rey es la pieza más importante y hay que ponerla en un lugar seguro cuanto antes.
Ten en cuenta la seguridad del rey.
Cuando el rey no ha podido enrocarse y ha quedado indefenso en el centro del tablero salta la señal de alarma. Si es el rey contrario el que ha quedado varado en el centro, entonces es momento de atacar a ultranza, sacrificando material si fuera necesario con tal de abrir la posición y atacar con todas nuestras fuerzas al rey del rival.

Si fuera nuestro rey el que ha quedado en el centro del tablero, entonces es momento de pensar en mantener la posición cerrada y poner todos los medios posibles a nuestra disposición para tratar de poner a nuestro rey en seguridad.

En la siguiente partida veremos cómo el rey de las negras no logra enrocarse a tiempo y sufre el ataque fulminante de todas las piezas blancas:



Normalmente, el enroque es una jugada muy útil que sirve para poner al propio rey en un lugar seguro, al mismo tiempo que trae a una de las torres hacia el centro del tablero.

Muchos jugadores principiantes tratan de aprenderse jugadas de memoria para salir con ventaja de la apertura. Sin embargo, esta táctica les dura tan sólo unos pocos movimientos, pues llega un punto en el que la memoria ya no les sirve y tienen que pensar por sí mismos; no saben qué hacer y empiezan a hacer jugadas absurdas, con lo que pierden toda la ventaja adquirida.
Para jugar bien la apertura sigue estas cuatro claves: Desarrollo, Centro, Espacio y Seguridad del Rey.

Si sigues las cuatro claves que aquí te explico te aseguro que serás capaz de hacer buenas jugadas en la apertura y sabrás continuar la partida, porque incorporarás el pensamiento estratégico a tus partidas. Sabrás por qué estás haciendo lo que haces. Tendrás un plan creativo y quedarás con ventaja.

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